viernes, 12 de diciembre de 2014

Seis personajes en busca de autor. Luigi Pirandello.

Finalmente ayer se puso en escena "Seis personajes en busca de (un) autor" de Luigi Pirandello con la dirección de Ana Acosta (mi vecina de enfrente) y la actuación de Hana Fleischmann en el papel del personaje "Madre". El actor que representó al padre, también me parece que lo conozco pero mi memoria aún no lo ubica del todo. El resto de los actores, no recuerdo haberlos visto trabajar anteriormente.

Escuché por ahí que el año que viene se va a representar en un teatro.

De Pirandello sólo vi 2 obras por lo que no puedo arriesgar generalizaciones. "Es así (si les parece)" y "Seis personajes en busca de autor". Ambas por algún motivo que desconozco han dejado un profundo impacto en mí.

Esta obra en particular tiene varios elementos para mí interesantes.
En primer lugar contrapone el divismo de algunos actores con el drama implícito de los personajes, que están predestinados a repetir una y otra vez las circunstancias de su drama.

Por otro, el divismo de los personajes respecto de los actores, a quienes no consideran apropiados para representarlos porque no comparten su destino y sentimientos. Ese debate entre la realidad de lo vivido y la realidad de lo representado, análogo a la postura del autor sobre la verdad que ya aparece en "Es así (si les parece)".

El abandono del autor, que crea un drama y no puede o no quiere llevarlo a escena.

La discusión de lo representable y no representable. Sobre los modos de representación y de contar una historia, o muchas.

Pero avanzando sobre el divismo, también aparece (y aquí es más profunda la cuestión), el divismo de algunos personajes sobre otros. Hay una competencia entre ellos y sus motivaciones, pero fundamentalmente este otro divismo oculta otro drama que los involucra, que ocurre como consecuencia de él pero que desencadena un desenlace desgarrador en otros personajes, menos aguerridos y más vulnerables.

El drama de la culpa de esos personajes, no asumida, sino reiterada como expiación, como un infierno: eterno y doloroso, errando con sus historias pero sin poder resolverlas jamás.

Las verdaderas víctimas, tapadas hasta que se desencadena el final..

El personaje que se niega a ser parte del juego, que se cree ajeno, pero que de alguna forma, su inacción también lo hace responsable: negarse produce (por insistencia de la madre o rencorosa atención de la hermanastra) una distracción más, que resulta fatal.

El padre, abandónico, que busca reivindicar su rol de víctima a través de la incomprensión, arrastrando a todos a repetir una y otra vez las líneas de sus destinos inalterables, en busca de comprensión de su debilidad.

La madre, debatiéndose entre sus decisiones, tratando de recuperar el amor del hijo, renegando de la hija perdida -perdida según la hija, por cubrirla-, sobreprotegiendo a uno y desatendiendo a la otra, quedando sola con dos hijos que reniegan de ella.

Y si sigo recordándola, le sigo encontrando hilos revueltos y anudados que Pirandello pone en primer plano alternadamente como en una fuga (fuga, en el sentido musical).

Es una trama simple si se quiere: un conjunto de personajes que cuenta un drama sin demasiadas originalidades en un ensayo de teatro en donde lo que falla en primer lugar es la pasión del director (que reniega de la obra que está ensayando). Esta falta de pasión también está en los actores: falta de compromiso en la primera actriz, subestimación de la escena y la caracterización en uno de los actores de la escena de los cocineros y otros varios indicios más.

Hasta aquí lo que puedo decir como lectora y como público que recrea en su interior la obra con sus cuestiones personales en juego.

No soy crítica teatral. No sé de teatro, no sé de actuación y no sé de dirección, pero sí, desde mi experiencia como público me gustaría comentar algunos detalles de la puesta en escena.

En primer lugar, la escena inicial del cantante al que le "falta sentimiento" al interpretar la obra ("El show debe continuar") tiene para mí dos elementos fuertes: por un lado la canción refuerza la idea de la reiteración condenatoria del drama, como un Prometeo. Yo no sé si cualquier público puede capitalizar del mismo modo este elemento, la canción es en inglés y no sé si es muy conocida por todas las generaciones. Yo me sentí interpelada pero estoy segura de que mi mamá que me acompañaba, no. El otro elemento fuerte es que anticipa una de estas cuestiones fundamentales: el vestir el personaje. No sé si queda tan clara para quien no conoce previamente la obra. Creo que se trata de un guiño y como todos los guiños, va dirigido a algunos.

La directora introduce un elemento interesante en el intermedio del ensayo y creo que este sí es más claro. Cuando el director sale a bocetar la escena del jardín con los personajes, los celulares invaden el espacio de los actores en el descanso.

Creo que este recurso podría explotarse más. Me parece que Pirandello lo hubiera visto muy en línea con su intención de mostrar esta desconexión de los actores del destino de los personajes. La petición de apagar los celulares, de mantenerse compenetrados en el drama acentúa lo que Pirandello pone en su guión. Esta intrusión de los espacios personales en el drama que se desarrolla acentúa el efecto final que se desenlaza por (precisamente) desatención. Aquí en la trama hay un cambio: el director ahora sí vive con pasión su rol, pero los actores no logran conectar con el personaje en su interior, sí, con su vida exterior.

El autor (y la directora lo refuerza) crea un personaje ajeno, que es un eslabón de la cadena de disparadores del drama. La madama, que no sólo es ajena a la familia, sino que además es extranjera. Esta condición de extranjera, acentúa su "ajenidad". Pero además hay dos elementos más que refuerzan esta idea: es necesario invocarla. No es parte del drama. Es necesario incorporarla. No viene con ellos. Es necesario "llamarla". En Pirandello son los sombreros en el perchero. El sombrero como elemento de elegancia, de distinción, en un ambiente sórdido, turbio, engañador. Este personaje da una justificación muy fuerte a dos elementos de la trama: en primer lugar es la extorsión como elemento de la realidad que opera sobre la miseria y que vulnerabiliza a una hija amorosa que oculta las supuestas impericias de una madre para sostener a su familia. Y en segundo lugar la escena del burdel es una bisagra en la historia de la hija. Ella, que es un personaje despechado, enojado que busca "escrachar" al que responsabiliza de su propio drama ("el" padre -no "su" padre-) y que tiene sentimientos contradictorios respecto de su madre, es en esta escena una hija amorosa, una niña tímida y dolida por un duelo que se resiste pero que finalmente acepta un cambio en su destino de prostitución. A partir de ese punto el personaje se transforma en agresivo, denunciante. Esta escena es muy fuerte para Pirandello porque muestra como "el" padre, aquel que la vigilaba crecer de niña, en un intento de apropiarse de la felicidad de los otros, es el padre que reemplaza al verdadero padre. Aquel, ya muerto, expulsado primero (-un secretario de "el" padre, despedido) y que le quita a su esposa, deja un lugar que "el" padre, el otro, pretende ocupar. Es este padre quien le pide que deje el luto por su padre anterior, que la desnuda de su luto. Es también, aunque inconcientemente, una venganza a esa mujer que se fue con su secretario. Y es este padre vigilante, que la "espera"- el que la pervierte (aún sin consumarse el hecho), el que habilita la prostitución, el que la invita a prostituirse.

La directora juega tres representaciones para este papel, la primera del personaje "padre", que representa a un débil inocente. El "actor", que representa a un seductor y el "director" que lo muestra como un pervertidor. Este cambio en la forma de representar el personaje, pone de manifiesto esta parte de la trama del abuso mencionada más arriba.

Esta escena en la obra es muy ilustrativa de cómo un personaje oculta o muestra (paulatinamente) las verdaderas motivaciones que lo mueven. ¿Es este padre, realmente un hombre débil, que da la libertad a su esposa que quiere lo mejor para su mujer y su hijo? ¿O es un padre abandónico que deja a su hijo a cargo de extraños, lejos de él, que se deshace de su mujer, que le quita un medio de subsistencia despidiendo al segundo marido de su mujer, "esperando" a la niña, deseándola y pervirtiéndola, usurpando luego una familia que él no supo formar e intentando ocupar el lugar de un padre, forzando interrumpir un duelo, que además niega la condición de mujer de la madre diciendo explícitamente "no es una mujer. Es una madre."? Creo que esta escena es justamente (tal como dice la hija), central en el drama porque desnuda (y ratifica) el rol de "el" padre en el drama: no sólo lo prepara y lo provoca, sino que además, arrastra a todos a representarlo una y otra vez, en un intento de expiar su culpa. Es un padre fuerte que controla tras una máscara de debilidad, a todos los personajes de la obra. Incluso al director.

Bueno, a trabajar, podría ser conversando conmigo misma de esta obra y su representación, pero mi trabajo es otro.

Buenos días.






martes, 9 de diciembre de 2014

El FAUSTO CRIOLLO de Mario Esteban.

El domingo a la salida del concierto del GCC compramos el CD con libro del Fausto Criollo, una opereta folklórica de MARIO ESTEBAN para coro mixto, piano, guitarra y percusión acompañado con un libro ilustrado. Sus artistas son: Coro: GCC (Grupo de Canto Coral), Piano: Dami Surrealista, Guitarra: Lucho Sellan y Cachi Federico Collado, Percusión: Fernando Bruno, Dirección musical: Néstor Andrenacci, Ilustraciones: Rodrigo Milanesio y Diseño: Luz Fiumara.

El CD contiene 20 obras cortas folklóricas que musicalizan algunos fragmentos del Fausto de Estanilao del Campo: hay chacareras, vidalas, cielitos, huellas, triunfos, de todo, con muy breves diálogos.

El libro contiene más de 120 ilustraciones en tinta china y acuarela con viñetas que ilustran los versos seleccionados para las obras musicales. Los personajes son casi todos animales autóctonos caricaturizados. Entre ellos: el rol de Mandinga le toca al zorro (Juan), en tanto que el viejo Fausto está representado por la mulita o carpincho pero el rejuvenecido Fausto por un potro. A su vez Margarita está representada por la vaca y Marta por la lechuza. Estos animales, presentes en las leyendas autóctonas, incorporan
la leyenda de Fausto, como una leyenda local más.

FINANCIAMIENTO COLECTIVO.


¿Y a que no adivinan? Su producción se hizo por FINANCIAMIENTO COLECTIVO. El proyecto superó los objetivos alcanzando una recaudación de $ 37.000. La plataforma de recaudación fue, en este caso IDEA.ME. Haya más detalles de la selección de versos en el sitio del proyecto en IDEA.ME: http://idea.me/proyect…/19382/fausto-criollo-edicion-librocd.

Ahora sale $250. Y se puede comprar en http://www.gcc.org.ar/htm/edito/ped_cat.htm. Para quien le guste la música coral, el folklore y las ilustraciones, es un excelente regalo.

GENEALOGÍA DEL FAUSTO CRIOLLO DE MARIO ESTEBAN.


El Fausto de Mario Esteban está basado en el Fausto de Estanislao del Campo, el que a su vez está basado en el Fausto de Gounod, el que a su vez, está basado en el Fausto de Goethe, quien a su vez se basó en una leyenda germana del S. XV.

¿DE DÓNDE VIENE FAUSTO?


Fausto es un personaje muy transitado tanto en la literatura como en la música.

Fausto vivió en el S. XV. Según la leyenda germana, vendió su alma al Diablo. Cuatro siglos más tarde Goethe escribe su versión. Pero hubo otras versiones, incluso en el mismo Siglo XV. En las distintas versiones Fausto vende su alma al diablo por distintos motivos: conocimiento ilimitado, amor o placeres mundanos.

Gounod, basándose en la obra de Goethe, escribe su ópera Fausto en 1859.
En 1866, Fausto de Gounod se estrena en el Teatro Colón de Buenos Aires. Estanislao Del Campo, escritor y unitario, asiste al estreno y escribe su poema gauchesco satírico "Fausto, Impresiones del gaucho Anastasio el Pollo en la representación de esta Ópera", más conocido como Fausto Criollo o directamente Fausto.

LA POESÍA GAUCHESCA EN EL SIGLO XIX.


En aquel entonces la poesía gauchesca estaba en auge, había varias líneas, de raigambre política. José Hernández, entre los federales buscaba mostrar la vida dura e injusta del gaucho, víctima de persecuciones, abandono y maltrato, intentando no idealizarlo, sino focalizándose en su dimensión humana. Estanislao del Campo entre los unitarios, más elitista, se burlaba de la inocencia de los gauchos que en ocasión de las Fiestas Mayas, acudían a los festejos en Buenos Aires. Otros, como Rafael Obligado, idealizaron al gaucho y al campo desde una mirada más bien bucólica. Los tres trascendieron por sus obras: Martín Fierro, Fausto y Santos Vega.

***

Si se hace "ojos ciegos" (oídos sordos) a la sorna del Fausto de Estanislao del Campo, quitándole la carga intencional del autor, es imposible no identificarse con Anastasio el Pollo, con su sorpresa, sus emociones, sus juicios.

El Fausto de Mario Esteban rescata los versos de Estanislao del Campo, resignificándolos.

Linda, linda, linda obra.


Buenos días.

Adriana Galli